Maestro de Maestros
Ante la escandalosa realidad venezolana donde los ciudadanos
luchan en la calles por la libertad de vivir como desean y no bajo el terror
del neo fascismo tropical culpable del saqueo sostenido a nuestra nación, corroyendo
cualquier atisbo de institucionalidad y espacios libertarios ha muerto el gran
Simón Díaz.
En la decadencia venezolana, ante la arremetida del sátrapa
y sus esbirros ignominiosos, el Tío Simón nos recuerda las mejores caras de la
venezolanidad. Porque Simón dibujó en melodías y tonos los paisajes del llano,
del olvido, de la bahía de Pampatar, sublimó nuestro país.
Su eterna y sutil voz llena de la esencia de lo nuestro, nos
enseñó a querernos mejor y más bonito. No solo es un gran músico, un enorme
poeta, es el gran etnógrafo de algunas caras de la venezolanidad. Su compresión
clara de nuestras cualidades de ser es,
me atrevo afirmar en ocasiones, total.
Hilando fino entre nuestra tradición y el planteamiento de
nuevos horizontes, como el gran artista que fue, universalizó lo local.
Sobre todo Simón Díaz es un gran poeta. Gracias Tío Simón,
mil gracias.
Y es precisamente estas dimensiones de nuestro ser lo que
los venezolanos queremos construir y re construir, por razones como Simón Díaz
luchamos a diario, y la lucha de hoy día en Venezuela, es por razones como las
de este gran trovador.
Por construir condiciones de creatividad en nuestro pueblo,
donde Simón Díaz pueda suceder infinitas veces.
Hasta pronto Maestro de Maestros, te agradezco todo lo que
hiciste por nuestro país, por la belleza y por el mundo.
“Había una garza mora dándole combate a un río”
Francisco Calderón Alcalá.
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