miércoles, 25 de septiembre de 2013

Sobre la concepción de la institucionalidad política.




José Rafael Pocaterra escribió desde las miserias de la oposición a la tiranía “Memorias de un Venezolano en la Decadencia” las tres primeras partes fueron publicadas en la revista “Reforma Social” fundada en Nueva York por Orestes Ferrara y Jacinto López en sus ediciones mensuales de 1923 hasta 1926. Posteriormente en 1936 salió la edición definitiva reeditada en 1937.
Han pasado 90 años desde que una obra integral, escrita en parte en la oscuridad de la cárcel, develó las proyecciones decadentes de las muchas caras de la venezolanidad. Hoy después de casi un siglo transcurrido, la percepción sobre la institucionalidad política  de nuestro pueblo sigue ofreciendo las vertiginosas imágenes terribles de la decadencia. En ningún momento dejo de tomar en consideración la gran gesta democrática que construyeron miles de venezolanos desde ORVE hasta los partidos del puntofijismo, ciudadanos ejemplares como la famosa Generación del 28, gente como Ruiz Pineda, Rafael Vegas, Pinto Salinas, entre muchos.  Puntofijismo entendido con su ruptura del 79, y entendiendo que Venezuela fue el único país de América Latina con estabilidad democrática en las décadas de los sesenta, setenta y casi todos los ochenta.
Construyeron una institucionalidad, construyeron unos horizontes. Sin embargo por muchas razones, situaciones, condicionantes históricos y deserciones ciudadanas, hoy día la institucionalidad venezolana no existe. Ésta, como un espacio tanto simbólico, como político y jurídico, donde a pesar de comprender que en las relaciones políticas y sociales la objetividad no existe, debemos encontrar y crear espacios en algún grado de neutralidad intersubjetiva, intersubjetividad en nuestros canales de comunicación, compresión de la situación del otro y espacio de entendimiento. Tal neutralidad, como encuentro de nuestra condición ciudadana, donde se pueda limar las asperezas de los intereses y poderes que juegan en nuestra sociedad con un componente ético, no reconocer tales intereses y poderes, es estar lejos de resolver los problemas estructurales de nuestra nación.
El proceso militarista que hemos sufrido los últimos 14 años ha sido quien apretó el acelerador de nuestra de decadencia institucional, usando el Estado como negocio privado transnacional, sin concepción del ciudadano, apretando taras históricas como el clientelismo, cesarismo y la paradoja cabrujiana del “eterno volver al futuro” viviendo y alimentándose del mito independentista, que siempre va a SER y nunca ES.
Por tanto, pensando “a posteriori” de la debacle inminente del autoritarismo mafioso uno entre muchos de nuestros objetivos  es lograr componer estructuras organizativas y gerenciales en armonía con nuestra cultura, en consideración de sus mejores rostros y los peores en especial,  donde haya un encuentro, reconocimiento del disenso y voluntad de confianza. Estructuras abiertas proclives al cambio, girando en torno al rescate de lo nuestro con miras de innovación, debemos elevar de forma cualitativa lo público.   Encontrar nuestra propia dinámica organizativa, con claras reglas de juego y voluntad de cumplimiento entre poderes, intereses y actores.
Debemos construir la mejor venezolanidad  y dejar a Pocaterra como testimonio histórico y eterna advertencia de la amenaza de los sátrapas.
Sin más debemos ocuparnos de nuestro país, conociendo a profundidad nuestra historia, sin ser historicisista.

martes, 2 de julio de 2013

¿La última universidad? III

Las manifestaciones estudiantiles llevan cuatro semanas en las calles de todo el país exigiendo lo que por derecho les corresponde; una educación de calidad, gratuita y libre. Durante décadas los estudiantes han luchado contra el poder hegemónico y contra la arbitrariedad, unas veces con más razón que otras, demostrando el ser de nuestra ciudadanía.
Durante estas cuatro semanas se han agudizado los rasgos autoritarios del gobierno-Estado  censura y autocensura de los medios de comunicación, represión para-policial y no- reconocimiento de los actores,  ni del conflicto por parte del poder.
Los pliegos petitorios de las reivindicaciones estudiantiles, profesorales y obreras no son reconocidos ni discutidos. Juegan al desgaste de los derechos de los miembros de la comunidad nacional. Tenemos un Estado que no reconoce lo que en teoría es su esencia, sus ciudadanos.
Debemos comprender que la universidad debe ser uno de los frutos más sublimes de una sociedad, el indicador de los grados de consistencia cultural.  Ahora bien, tenemos una universidad que sufre atentados, destrucción de sus obras de arte, inseguridad, atropello gubernamental, decadencia por falta de recursos, parálisis, incapacidad de discusión y reconstrucción interna por la amenaza latente y manifiesta de la intervención de su autonomía,  huella institucional de la naturaleza del pensamiento libre.
En un país sumido por una crisis económica inflacionaria, educativa, de salud pública, de violencia común y política, corrupción, de vivienda entre muchas otras cosas. El conflicto universitario se ha convertido en el símbolo de lucha de una sociedad por sus derechos, de libertad, de disidencia y de calidad.
Las reivindicaciones sectoriales, en la mayoría de los caso convertidas en prebendas, en  nuestro país son la concreción y los mecanismos de presión y de reconocimiento   por parte del Estado- gobierno, que en su actuar histórico solo reconoce a quienes sumisamente bajan la cara y contribuyen a la lógica absoluta y segregatoria del partido.
No solo ha sido la acción universitaria por los recursos para construir unas condiciones del ejercicio profesional y creativo, que es. Si no a partir de la aprobación arbitraria de un contrato colectivo que compromete los horizontes de la universidad libre, donde buscan atar la institucionalidad de la U, a los planes del gobierno que se caracterizan por una lógica totalitaria, la lucha por el pensamiento libre.
Defender las acciones gubernamentales en torno a su  política pública hacia la universidad es inaceptable. Las que se han caracterizado por el no-diálogo, no-reconocimiento, amenaza, atentados y cerco presupuestario. Las izquierdas ortodoxas no han sido más que un baño de justificación a la arbitrariedad, con la poca legitimidad histórica que recogen de las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado. ¿Dónde quedó la crítica? Se ha convertido en la palabra que todo se responde, que todo lo sabe y que para todo tiene solución. Es la palabra que aguarda la verdad. El peligro del fundamentalismo. El terror de la verdad absoluta.
Por tanto la universidad, ahora, es símbolo de la lucha de los derechos de todo movimiento social y sectorial del país. Debe ser el antecedente y reflejo de los derechos ,de los obreros de Guayana, de los empleados públicos, de los 400 contratos colectivos  vencidos hasta la fecha, de los educadores, de los médicos, de todos los gremios, de los campesinos, de los pescadores, de las madres, de los jubilados, de toda la comunidad nacional que defiende los derechos que nos arrebatan con la retorica que todo lo sabe , nada reconoce y que lucha por la “justicia” por su justicia, la justicia, igualdad y libertad del PODER.
Con manifestaciones diarias, con censura mediática,  con 40 huelguistas de hambre desde hace28 días seguimos aquí.                 Y no nos iremos.
¿Tú que harás?

jueves, 6 de junio de 2013

¿La ùltima universidad?Actualizado




¿La última Universidad? Actualizado
Todos sabemos que cualquier ciudadano con un trabajo intermitente e informal gana varias veces más que un profesor universitario, mejor dicho cualquier ciudadano gana mejor que un profesor universitario. Profesor formado durante toda su vida que ha dedicado sus horas buenas y malas a convocar el conocimiento para reproducirlo y trasmitirlo a mentes frescas dispuestos a mantener esta institución humana que es la formalización del aprendizaje riguroso y la búsqueda de las complejidades del mundo humano y físico.
La universidad en Venezuela se ha erigido históricamente  como espacio y escenario de luchas encarnadas por los horizontes que debe tener el Estado y un poco más sutil la sociedad venezolana. Sabemos que los destinos de una sociedad no pueden ser decretados, a diferencia  de los Horizontes del Estado que  pueden ser dibujados. En algunos momentos las Universidad fue nicho de fundamentalismos políticos, sin embargo si hacemos un balance histórico más allá de las formas, podemos decir, que su ontología es libertaria y anti-hegemónica,  las experiencias históricas con cualquier gobierno lo sustentan.
A pasar de las crisis sutiles en la naturaleza del conocimiento que algunos nominan como la crisis ontológica del conocimiento moderno o  de la universidad decimonónica.  Las casas de estudio venezolanas aun tienen retos más “banales” o concretos que las contradicciones epistémicas, etc. 
El riesgo a la ruptura y arrase de los pequeños espacios de institucionalidad  creados históricamente por los venezolanos, por un movimiento que su naturaleza de ser, estar y hacer es autoritaria y con vicios totalitarios. Los universitarios tenemos 15 años en amenaza total.
Ya las condiciones objetivas dictan como hemos sido desgastados por las dificultades concretas, un estudiante con la beca paga 6 almuerzos al mes, un profesor contratado con su sueldo solo paga el condominio de su edificio, en caso ser sortario y  tener casa propia, si no, ni hablar. 
Por tanto podemos sostener que la Universidad venezolana, junto a una brava sociedad en resistencia atomizada mas allá de las elecciones, es el símbolo de la libertad que nos separa del terror de un Gobierno-Estado que su naturaleza es destructiva, delincuencial, corrupta y con vicios totalitarios tomados prestados por el pragmatismo de su líder histórico a unas izquierdas ortodoxas que sufren de su diagnóstico principal: un brutal falsa conciencia, son víctimas de su propia evaluación sobre los hombres.
Hoy salimos de ciertos respiros, que supusieron decisiones colectivas que sobrepasaron la atención nacional a la universidad. Hoy que los universitarios volvemos a estar en una encrucijada que determinara los caminos de la nación. Las casa de estudio se han ido a paro por no poder sostener el deterioro de una económica y condiciones objetivos imposibles para la creatividad, investigación, etc. Por el acecho de los cazadores de rapiñas, unos estudiantes se va a huelga de hambre, otros caminamos por la lucha activa de calle, pronto, muy pronto llegara el momento de jugárselas todas ante el avance inquisidor contra el pensamiento libre.
Llegará el momento de lucha contra nuestra versión roja de “Muera la inteligencia” “Viva la muerta” endulzada con la informalidad del trópico pero de la misma naturaleza.
La imagen: Un joven  afecto al régimen restregando una y otra vez una pancarta reivindicativa salarial por sus bolas frente a tres mil personas protestando por las Condiciones Univeritarias.
Criminalización de la protesta, persecución sistemática, grupos encargados internamente de ser un “Gran hermano” dispuesta a desatar el terror ante la voz de la disidencia, ante la voz de lo diferente.
Hoy los universitarios como símbolo, pero toda la sociedad venezolana tiene ante sí una encrucijada histórica en la defensa de lo diferente, de la disidencia, del pensamiento libre, de la posibilidad de construir una sociedad en armonía con las mejores caras de nuestras tradiciones, cultura. Con potencias de transformación, con una premisa fundamental, el respeto al otro absoluto y la libertad de disentir en lo que desees.
Ya algunos universitarios no pueden pensar en ir a la universidad solo a formarse en alguna disciplina, porque esta amenazado precisamente la condiciones del ejercicio de nuestra disciplina, no habrá un marco del ejercicio profesional.
Hace pocas horas los profesores de la APUCV en una consulta han decidido ir a paro indefinido. A pesar de las serias diferencias que encuentro en esa decisión y estrategia de lucha, es una gremio autónomo y  con numerosas razones para tomar tales resoluciones.
Ahora nos queda recorrer toda nuestra geografía informando, dando clases en nuestras calles, con nuestros ciudadanos, denunciando la inquisición de la que somos objeto y defender los espacios de nuestra universidad realizando actividades de formación, información y diagnostico de nuestra realidad. A pesar del paro  , debemos estar despiertos en la calle, en nuestros jardines,  recorriendo nuestras ciudades y barrios revelando la persecución a la universidad.
Les recuerdo a los ciudadanos de esta republica que algunos decidieron estar del lado de los opresores otros del lado de los oprimidos, unos una causa ignominiosa, otros una causa justa y libertaria.
Francisco Calderón Alcalá-

martes, 4 de junio de 2013

¿La última universidad?



¿La última Universidad?
Todos sabemos que cualquier ciudadano con un trabajo intermitente e informal gana varias veces más que un profesor universitario, mejor dicho cualquier ciudadano gana mejor que un profesor universitario. Profesor formado durante toda su vida que ha dedicado sus horas buenas y malas a convocar el conocimiento para reproducirlo y trasmitirlo a mentes frescas dispuestos a mantener esta institución humana que es la formalización del aprendizaje riguroso y la búsqueda de las complejidades del mundo humano y físico.
La universidad en Venezuela se ha erigido históricamente  como espacio y escenario de luchas encarnadas por los horizontes que debe tener el Estado y un poco más sutil la sociedad venezolana. Sabemos que los destinos de una sociedad no pueden ser decretados, a diferencia  de los Horizontes del Estado que  pueden ser dibujados. En algunos momentos las Universidad fue nicho de fundamentalismos políticos, sin embargo si hacemos un balance histórico más allá de las formas, podemos decir, que su ontología es libertaria y anti-hegemónica,  las experiencias históricas con cualquier gobierno lo sustentan.
A pasar de las crisis sutiles en la naturaleza del conocimiento que algunos nominan como la crisis ontológica del conocimiento moderno o  de la universidad decimonónica.  Las casas de estudio venezolanas aun tienen retos más “banales” o concretos que las contradicciones epistémicas, etc. 
El riesgo a la ruptura y arrase de los pequeños espacios de institucionalidad  creados históricamente por los venezolanos, por un movimiento que su naturaleza de ser, estar y hacer es autoritaria y con vicios totalitarios. Los universitarios tenemos 15 años en amenaza total.
Ya las condiciones objetivas dictan como hemos sido desgastados por las dificultades concretas, un estudiante con la beca paga 6 almuerzos al mes, un profesor contratado con su sueldo solo paga el condominio de su edificio, en caso ser sortario y  tener casa propia, si no, ni hablar. 
Por tanto podemos sostener que la Universidad venezolana, junto a una brava sociedad en resistencia atomizada mas allá de las elecciones, es el símbolo de la libertad que nos separa del terror de un Gobierno-Estado que su naturaleza es destructiva, delincuencial, corrupta y con vicios totalitarios tomados prestados por el pragmatismo de su líder histórico a unas izquierdas ortodoxas que sufren de su diagnóstico principal: un brutal falsa conciencia, son víctimas de su propia evaluación sobre los hombres.
Hoy salimos de ciertos respiros, que supusieron decisiones colectivas que sobrepasaron la atención nacional a la universidad. Hoy que los universitarios volvemos a estar en una encrucijada que determinara los caminos de la nación. Algunas casas se fueron a paro por no poder sostener el deterioro de una económica y condiciones objetivos imposibles para la creatividad, investigación, etc. Por el acecho de los cazadores de rapiñas, unos estudiantes se va a huelga de hambre, otros caminamos por la lucha activa de calle, pronto, muy pronto llegara el momento de jugárselas todas ante el avance inquisidor contra el pensamiento libre.
Llegará el momento de lucha contra nuestra versión roja de “Muera la inteligencia” “Viva la muerta” endulzada con la informalidad del trópico pero de la misma naturaleza.
La imagen: Un joven  afecto al régimen restregando una y otra vez una pancarta reivindicativa salarial por sus bolas frente a tres mil personas protestando por las Condiciones Univeritarias.
Criminalización de la protesta, persecución sistemática, grupos encargados internamente de ser un “Gran hermano” dispuesta a desatar el terror ante la voz de la disidencia, ante la voz de lo diferente.
Hoy los universitarios como símbolo, pero toda la sociedad venezolana tiene ante sí una encrucijada histórica en la defensa de lo diferente, de la disidencia, del pensamiento libre, de la posibilidad de construir una sociedad en armonía con las mejores caras de nuestras tradiciones, cultura. Con potencias de transformación, con una premisa fundamental, el respeto al otro absoluto y la libertad de disentir en lo que desees.
Ya algunos universitarios no pueden pensar en ir a la universidad solo a formarse en alguna disciplina, porque esta amenazado precisamente la condiciones del ejercicio de nuestra disciplina, no habrá un marco del ejercicio profesional.
En estos momentos en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela se está decidiendo si se va a paro indefinido.  Lo más probable es en los próximos días  la Universidad se vaya a paro indefinido. Unos juzgamos que no era la mejor estrategia, aun así,   La casa que vence la sombra, ya no puede solo lidiarla y seguir sobreviviendo, los últimos espacios institucionalizados de libertad se juegan su última carta, no las jugamos entendiendo los riesgos. Recuerdo que ante la opresión de nuestro ser, de la venezolanidad, todos los riesgos valen la pena.
Se ha decidió parcialmente:
1. La Asamblea de Profesores define "cese de actividades académicas UCV "y serán ratificadas en el  Referéndum Consultivo de Paro convocado por FAPUV.  Este Jueves 06 de Junio desde las 8 am a 7 pm en la sede del IPP. Organizado por APUCV.

2. No realizar evaluación y reprogramaciones en las distintas facultades UCV hasta que cese el conflicto de las universidades.

3. Realizar actividades concretas de calle todos los dias en protesta a la crisis universitaria.

4. Convocar Asamblea Intergremial en Aula Magna UCV

5. Se declara al Prof. Calzadilla Persona no grata en la UCV.


6. Unidad gremial entre estudiantes y profesores para tratar el conflicto.

7. Impulsar una asamblea de egresados UCV

8. Voto de censura al Prof. Miguel Alfonzo.

9. Actividades diarias dentro de la UCV de protesta: Clases magistrales, etc.
Ahora nos queda recorrer toda nuestra geografía informando, dando clases en nuestras calles, con nuestros ciudadanos, denunciando la inquisición de la que somos objeto y defender los espacios de nuestra universidad realizando actividades de formación, información y diagnostico de nuestra realidad. A pesar de si se concreta el paro indefinido o no, debemos estar despiertos en la calle, en nuestros jardines,  recorriendo nuestras ciudades y barrios revelando la persecución a la universidad.
Les recuerdo a los ciudadanos de esta republica que algunos decidieron estar del lado de los opresores otros del lado de los oprimidos, unos una causa ignominiosa, otros una causa justa y libertaria.
Francisco Calderón Alcalá-